El arte de dejar huella con tus palabras finales
Recuerdo una conferencia en Bogotá – Colombia, una de esas donde todo fluye… hasta que llega el final. La ponente —brillante, carismática— compartió ideas valiosas durante una hora entera, pero al cerrar su presentación, simplemente dijo: “Bueno, eso era todo, gracias.” Y así como entró, salió. Sin un cierre poderoso, sin conexión final, sin llamado a la acción.
Fue como ver una película increíble con un final inconcluso.
Y es que cerrar bien una presentación no es un detalle: es una momento clave. Es en ese último momento donde sellamos el mensaje, dejamos huella y provocamos acción.
Hoy quiero compartirte 7 herramientas clave para que cierres tus presentaciones de manera impactante, como lo hacen los grandes speakers del mundo. Herramientas que transformarán tu forma de hablar en público.
¿Por qué es tan importante el cierre?
Porque las personas recuerdan el final más que cualquier otra parte de tu intervención. El cerebro guarda con fuerza la última impresión, y si sabes cómo cerrar con emoción, claridad y propósito, ese recuerdo se convierte en acción.
Pasemos entonces a ver los 7 puntos para que cierres tus presentaciones:
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Resume los puntos clave
Siempre, antes de despedirte, asegúrate de hacer un pequeño resumen de los tres mensajes más importantes de tu presentación. Esto le da estructura al cierre y permite que tu audiencia se lleve claridad y foco.
Por ejemplo:
“Hoy te llevas tres claves para hablar con poder: fluidez al comunicar, autenticidad en tu mensaje y estructura en tu discurso.”
Consejo: No repitas todo. Sé breve, claro y directo con tu resumen.
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Cierra con una frase contundente
Las grandes ideas caben en frases memorables. Por eso, una buena práctica es sintetizar todo tu mensaje en una frase poderosa. Esa frase que la gente quiera repetir, compartir y aplicar.
Por ejemplo:
“La oratoria no es solo hablar: es conectar con el alma del otro desde tu verdad.”
Consejo: Puedes usar frases propias o de autores célebres, pero que estén alineadas al corazón de tu presentación.
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Lanza una pregunta abierta
Las preguntas movilizan el pensamiento, despiertan la curiosidad y alargan el impacto de tu mensaje incluso después de que te bajes del escenario.
Por ejemplo:
“Después de todo lo que aprendiste hoy, ¿qué paso vas a dar esta misma semana para convertirte en una mejor speaker”
Consejo: Haz una pregunta que invite a reflexionar y a actuar. Así, estarás presente en la mente de tu audiencia mucho más tiempo.
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Cuenta una historia emotiva
Una historia tiene el poder de abrir el corazón. Y cuando cierras con una historia real, cercana y emotiva, generas una conexión profunda.
Déjame contarte sobre Cristian. Era un joven de Medellín a quien apodaban “Tomatín” porque cada vez que hablaba en público se ponía rojo como un tomate. Hoy, gracias a su valentía y constancia, es uno de los infoproductores más destacados de Soy Speaker Latam. Su historia es prueba viviente de que todos podemos transformar nuestra comunicación.
Consejo: Elige historias que conecten con el mensaje central de tu presentación. No necesitas muchas, solo una auténtica.
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Haz un llamado a la acción
Toda presentación debe provocar movimiento. No basta con informar: hay que movilizar. Por eso, un llamado a la acción claro y concreto es vital.
Por ejemplo:
“Hoy aprendiste herramientas poderosas. Ahora sal de tu zona cómoda. Da el primer paso: graba un video de un minuto hablando de tu historia y compártelo en redes. ¡Te leeré con emoción!”
Consejo: Define qué quieres que haga tu audiencia y para qué. Que sea accionable e inspirador.
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Usa el humor con autenticidad
Un toque de humor bien puesto puede relajar, generar empatía y dejar una impresión positiva. No se trata de ser gracioso a la fuerza, sino de mostrar tu humanidad con ligereza.
Por ejemplo:
“Y si algo no salió perfecto hoy, al menos ya tengo una gran historia para mi próximo taller: cómo improvisar con estilo.”
Consejo: El humor debe ser natural, genuino y conectado contigo. Así se convierte en una herramienta poderosa, no en un riesgo.
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Cierra con gratitud
La gratitud abre puertas y crea lazos. Agradecer a tu audiencia es un acto poderoso de conexión emocional y reconocimiento.
Por ejemplo:
“Gracias por regalarme tu tiempo y tu atención. Espero que esta presentación haya sembrado en ti una nueva visión para comunicar con más amor, más poder y más verdad. Gracias por ser parte de este camino.”
Consejo: No lo hagas mecánicamente. Que tu gratitud sea sentida, específica y sincera. El corazón lo nota.
El cierre no es el final… es el comienzo
Con estas 7 herramientas tienes ahora un mapa para que cada presentación que hagas termine dejando huella, provocando emoción y generando acción. No se trata solo de hablar bonito, sino de hablar con propósito.
¿Cuál de estas herramientas vas a aplicar primero? Me encantaría leerte en los comentarios en mis redes sociales @CarlosCardonaOk
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Soy Carlos Cardona, y para mí es un placer acompañarte en este camino de convertirte en un speaker extraordinario.
Nos vemos en el escenario… y en el siguiente artículo de mi blog.
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