Estás a tiempo para que no desees más

Desear es una de las magias del ser humano, tenemos esa habilidad de volar en la mente, de imaginar, de soñar...

¿Cuándo fue la última vez que cerraste los ojos y en una acción creativa pensaste en algo que quieres para tu vida? y hasta te emocionas al recrear eso fantástico que dibujaste con el pensamiento.


La acción poderosa: soñar

Para mi esa acción de desear es poderosísima, muchas personas hoy no desean nada, no sueñan, no tienen aspiraciones y es muy probable que estemos programados para eso, para no trascender ni en lo más básico del pensamiento.

Y cuando sueñas y haces partícipe del sueño a personas que no sueñan, te halan hacia su mundo cataléptico.


Hay una frase popular

“Al pobre y al feo todo se le va en deseo” y esto se ha dicho con mucha fuerza hasta el punto que muchas familias y personas se lo han creído.

Como si soñar fuera un delito o atributo de pobres y feos, ¡Dios bendito!

Desear, soñar y pensar en grande es sin duda uno de las herramientas que podemos usar para crear nuevas realidades.


¿Por qué el nombre de la columna?

Es una invitación, hay que desear, accionar; para eso es necesario detenernos un momento y hacer la siguiente pregunta:

¿Qué es lo que deseo para mi vida y cuál es el paso que daré para ello?


El deseo

Pues si nos quedamos solo en el deseo, tengo que citar al gran Estanislao Zuleta con su obra “El elogio de la dificultad”.

“La pobreza y la impotencia de la imaginación nunca se manifiestan de una manera tan clara como cuando se trata de imaginar la felicidad. Entonces comenzamos a inventar paraísos, islas afortunadas, países de Cucaña. Una vida sin riesgos, sin lucha, sin búsqueda de superación y sin muerte. Y por lo tanto también sin carencias y sin deseo: un océano de mermelada sagrada, una eternidad de aburrición. Metas afortunadamente inalcanzables, paraísos afortunadamente inexistentes”

Y lo que hoy te digo es que si deseas debes tener las agallas para que des un primer paso por aquello que anhelas. Para que aquello que desees sea alcanzable, posible y que pase del plano de la imaginación y lo puedas experimentar en el mundo material.


¿Ya existe cuando lo pensamos?

Alguno puede decir que ya existiendo en la mente es una realidad y la verdad yo también lo creo, pero es más hermoso cuando no solamente lo puedes ver tú, sino que lo puedes compartir con los demás.


La idea en mi cabeza

Hace algún tiempo una idea rondaba mi mente y esto gracias a que he disfrutado transformaciones en mi vida, en todos los sentidos, en mis creencias, convicciones, relaciones, resultados, hasta en mi alimentación y hábitos. Es una transformación evidente, por decir lo menos.

Y gran parte de este entramado de nuevas realidades se deben a una decisión de comunicarme diferente, a esto lo he llamado: Comunicación Transformacional y voy en un camino, no soy un producto terminado.


La materialización

Bueno, la idea que me rondaba era compartir esta experiencia con las demás personas. Cuando las personas van a mis conferencias, cuento micro momentos de experiencias reveladores en mi proceso, es probable que le pueda servir a alguien mi experiencia.

Pero dije en algún momento tengo que escribir todo esto que estoy experimentando, es un regalo para mi realmente, el cual desde el amor deseo compartir a las personas que lo deseen.

Y saben algo, escribí y escribí y escribí en muchos papelitos, en libretas, en hojas y cuadernos que transportaba a todas partes. Los que me conocen saben que siempre tengo cómo tomar nota.


Las ideas reposaron en los cajones

Los manuscritos reposaron en varios cajones, en bolsas… siempre los agrupé para que estuvieran juntos. Varios amigos que me visitaron, les mostraba las bolsas de notas, pero nunca el contenido… allí iba el proceso.

La verdad es que se apoderó de mi “el miedo” (y hasta lo entrevisté, puedes ver la entrevista acá) sabes yo lo encubría con la falta de tiempo y demás pretextos. Abandoné la valentía, es la realidad.


Procrastiné mucho

Dilaté todo, no revisé los textos, no los digité, puse excusas… en fin, allí había una buena idea, muchos momentos hermosos rayados en papel. (me encanta el papel, realmente).

Podía decirse que pasé del deseo a la acción, que había pasado de las ideas al poner aquello que pensaba en el papel, pero lo que realmente ocurrió es que se quedó en el camino, lo que existía allí era una cuota iniciar de una buena idea y ya.


El amor de la hija

Sara, mi hija, en algún momento digitó todas las notas. (La familia es hermosa), ¿cómo lo ves amor? le pregunté, muy bien papi, me dijo hay muy buenas ideas. Al tiempo lo leí y allí pensé lo hermoso que es la familia ya que me imagino que me hija me dio una respuesta desde el amor.

Cuando leí las notas, era algo como una sopa de ideas con muchos ingredientes que la verdad no se veía y no sabría nada rico. Me dije a mi mismo, puede ser un gran inicio, solo es organizarlo.


Organizando la idea

En esa sola organización y más excusas me tardé otro buen tiempo, 2 años entre desear y tomar tímidas acciones, poco contundentes la verdad.

El libro estaba en mi cabeza, como una idea vaga, pero mi intención para que existiera para mi y para alguien más era difusa hasta que hice algo disruptivo.


Me lancé

Una vez en el marco de un entrenamiento para entrenadores tenía un ejercicio de presentar unos retos individuales para los participantes… y bueno, allí fue, yo también me lancé dije: “Entrenadores tendré un libro” la verdad ni el tema estaba claro, pero me lancé.

De allí transcurrió mucho tiempo, después de lanzarme públicamente, para que la idea tomara forma y la verdad estaba como una idea relegada.

Un día, en una conversación una mujer de mi equipo Luisa Marín, un ser que aprecio enormemente y que había estado en el entrenamiento me dijo: “Carlos y el libro para cuando” la miré, sonreí, asentí en silencio y arrojé una afirmación: “lo haré”.


La pregunta quedó

Esa pregunta de Luisa me quedó rondando la cabeza y lo que más pensaba era en mi palabra, no solo le estaba faltando a los demás, me estaba a mí mismo.

De allí paso el tiempo, pero fui más consistente con la idea y con la agenda, le conté a un par de amigos más y empecé a ponerle fechas, hasta una alarma en el celular que decía “Imagina el libro en tus manos” y bueno, muchas pequeñas acciones.


Compromiso

Una de ellas, que me impulsó mucho a ser muy efectivo en tener un pre borrador fue un encuentro con un amigo. Para que le diera una mirada al texto.  

Hoy el libro ya no solo es una realidad en mi cabeza, ya tengo un borrador en mis manos y lo que inicia ya es el tiraje de la primera edición limitada; muy pocas personas podrán tener acceso al libro físico, está quedando hermoso.


Resumen

¡No desees más! Y lo que deseas conviértelo en realidad, iniciando con un primer paso y no te detengas hasta lograrlo.


Cuéntame qué piensas, te responderé.

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