En esta nueva entrega de mi columna, te contaré cosas que ni te imaginas de quién emprende. Exploraré las profundidades de la vida de aquellos que se atreven a una vida llena de retos y emociones.
Ser empresario o emprendedor no es solo una profesión, es un estilo de vida, una aventura llena de desafíos y descubrimientos que solo quienes lo han experimentado pueden comprender plenamente.
Hoy vamos a ingresar en algunos aspectos clave de esta travesía y descubrir cómo enfrentarlos y como funciona eso de la valentía y determinación.

¿Cómo dar los primeros pasos?
Los primeros pasos en el mundo del emprendimiento pueden ser intimidantes, no te lo voy a negar. El emprendimiento es para todos, pero no todos son para el emprendimiento, lo he comprobado.
A menudo nos encontramos paralizados por el miedo al fracaso, o venimos de un fracaso o la incertidumbre sobre por dónde empezar. Esta es la primera barrera, dar el primer paso y que des el primer paso no significa que vayas a lograrlo.
Es importante recordar que no existe una fórmula mágica para el éxito, pero cada paso que damos nos acerca un poco más a nuestros objetivos. La acción es la que transforma.
Si lees mis columnas y deseas emprender inicia con pequeñas acciones, investiga, planifica y, sobre todo, mantén la confianza en ti mismo y en tu visión. Si ya estás emprendiendo y me lees, no dejes de hacer lo anterior.
Nos formaron para…
…Ser empleados, no estoy en contra de ello, el trabajo dignifica, yo he estado allí. Sin embargo, al comprender hacia donde iba, decidí cambiar el rumbo.
Desde una edad temprana, la sociedad (familia, educación, medios de comunicación, contexto…) nos prepara para convertirnos en empleados obedientes y cumplir con las expectativas de otros.
Sin embargo, el ser emprendedor desafía estas normas preestablecidas y busca la libertad de crear, innovar y liderar; dicho de otra forma, busca identificar el propósito, ponerle acción y salir tomar una porción del mercado.
Desaprender lo que nos han inculcado y adoptar una mentalidad emprendedora puede ser un desafío, pero es esencial para liberar nuestro potencial y perseguir nuestros sueños.
El mundo y sus cambios ágiles nos llevan a aprender a desaprender. Ese es un buen inicio para que tomes la vida a tu favor.

El síndrome del impostor
El síndrome del impostor es una de las luchas más comunes que tenemos las personas que emprendemos.
Te lo voy a explicar de manera sencilla: El síndrome del impostor es una sensación de no ser lo suficientemente bueno o digno del éxito que hemos logrado o que queremos lograr.
La verdad es que todos, incluso los más exitosos, han experimentado este sentimiento en algún momento de sus vidas.
Reconocerlo como un obstáculo y aprender a superarlo es fundamental, léelo bien, fundamental para avanzar en nuestra ruta como emprendedores.
Confiar es una de las claves. Confiar en lo que tú crees, en tus habilidades, en tus ideas, en tus emociones…
¡Reconoce tus logros! y recuerda que el crecimiento y desarrollo personal es una escuela continua, es la vida misma.
La mente de quién emprende
La mente de un emprendedor es un campo de batalla donde se libran constantemente conflictos internos.
La creatividad choca con la lógica; la pasión con el pragmatismo; el optimismo con el realismo; la visión con la tarea diaria; la disciplina con la flexibilidad; la valentía con la duda; el reconocimiento con la exigencia…
Cultivar una mentalidad resiliente y adaptable es esencial para sobrevivir en el mundo empresarial. Este es uno de mis campos de aprendizaje.
Aprender a gestionar el estrés, las presiones y responsabilidades, mantener la concentración, encontrar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal (Acá hay mucho por aprender) son aspectos cruciales para mantener la salud mental y emocional.
La mente de quién emprende es el mayor campo de entrenamiento y como todo entrenamiento, debe existir un plan que todo emprendedor debe gestionar. No hay emprendedor o empresario con éxito que no se haya transformado desde su mentalidad.

Las emociones del emprendedor
El emprendimiento puede ser un viaje emocionalmente agotador y satisfactorio, ya te lo explico.
Desde la euforia de una nueva idea hasta la frustración de los obstáculos inesperados, los emprendedores experimentan una montaña rusa de emociones en su día a día.
Voy a ponerte en ejemplo:
Un día presentas varias propuestas y allí estás emocionado. Sigues trabajando en la construcción de la empresa o marca, días siguientes nadie te da respuesta de las propuestas, te pones triste y pensativo… al día siguiente te escribe el cliente y te pide una reunión para hablar de la propuesta, te emocionas, vas a la reunión y te pide un descuento (que en términos concretos sólo te alcanza para los costos fijos), lo piensas rápido y haces la negociación… llegas con una felicidad incompleta, sigues trabajando. Es fin de mes y hay que pagar proveedores, las aplicaciones y la pauta digital. La tarjeta está a punto de llenar su cupo, pero lo solucionas. Sabes que el negocio se mueve, pero debes aumentar los ingresos.
Hacia afuera las personas te ven, en reuniones, en sitios bonitos, haciendo deporte, con horarios flexibles, con una vida aparentemente deliciosa… pero a esto, que puede ser cierto, hay que sumarle lo que no se ve, las emociones que vive un emprendedor en su día a día.
La incertidumbre del futuro y el miedo al fracaso pueden generar ansiedad, mientras que los momentos de éxito y logro pueden llevarnos a sentirnos invencibles.
Es importante reconocer y validar estas emociones, pero también aprender a manejarlas de manera constructiva.
La autoconciencia emocional y la capacidad de regular nuestras reacciones nos permiten enfrentar los desafíos con calma y claridad, en lugar de dejarnos arrastrar por la tormenta de emociones.
Recordemos que el emprendimiento es un viaje lleno de altibajos, pero también de crecimiento y desarrollo personal y profesional.
Aceptar y abrazar nuestras emociones, tanto las positivas como las negativas, nos permite aprender, adaptarnos y seguir adelante con determinación.
En última instancia, son nuestras experiencias emocionales las que nos moldean como emprendedores y nos preparan para enfrentar cualquier desafío que el futuro nos depare.

Las ventas y el exponerme
Las ventas son el corazón de cualquier negocio, emprendimiento o empresa, pero para muchos emprendedores, enfrentarse a la tarea de vender puede resultar sinceramente abrumador.
Exponerse y promocionar los productos o servicios puede generar ansiedad y dudas, pero es fundamental para el crecimiento de cualquier negocio.
Aprender a comunicar el valor de lo que ofrecemos y desarrollar habilidades de negociación son aspectos clave para superar este desafío.
Para lo anterior es indispensable el networking, tener una presentación, mensaje claro o pitch y hablar en público, estas habilidades las debe tener instalada cualquier emprendedor que desee avanzar.
La capacidad de expresarse con claridad y persuasión puede marcar la diferencia entre el “que rico emprender” y “estoy emprendiendo”.
Practicar técnicas de oratoria, construir un mensaje, aprender a gestionar el nerviosismo y conectar emocionalmente con la audiencia son elementos esenciales para dominar el arte de hablar en público y crecer el negocio.
Si deseas hablar en público para crecer tu negocio, emprendimiento o empresa, escríbeme. ¡Hablemos!

¿Cómo apoyar a quien emprende?
Apoyar a aquellos que se atreven a emprender es fundamental para fomentar la innovación y el crecimiento económico el cual trae inmensos beneficios en lo local y en lo global.
Desde brindar mentorías y recursos hasta ser clientes que recomiendan los servicios y productos, todos podemos desempeñar un papel para el éxito de un emprendedor, todos.
Compartir y comentar sus contenidos es una forma muy linda de apoyo, este sirve para promoverlos digitalmente.
Reconocer el valor y el esfuerzo que implica emprender y brindar nuestro apoyo de manera activa, afectiva, creativa y constante.
Conclusión
La vida de quien emprende está llena de altibajos, desafíos y retos (que muchos de ellos son incomprendidos por la generalidad de las personas), pero también de oportunidades, crecimiento y realización y desarrollo personal.
A pesar de los retos y desafíos que enfrentamos, siempre podemos aprender, crecer y alcanzar nuestras metas si mantenemos la determinación y la pasión por lo que hacemos.
¡El camino puede ser difícil pero las recompensas son incalculables!
¿Qué piensas?, ¿Qué otras experiencias te han ocurrido como emprendedor? me gustaría leerte, te responderé.
¡No te pierdas ninguna de mis columnas!